Porque si de algo disfruto, es del séptimo arte. Esas dos horas y pico inmersa en un mundo ajeno a lo mío, creado por alguien más y llevado a cabo con tal precisión, que si uno lo desea hasta le sienta convincente. Ahí viene la verdadera colgadera cuando te dejas llevar por la historia, más allá de la realidad. Que es el caso de esta persona que le escribe. Es fundamental aclarar que acá no corren sinopsis ni reseñas (si quiere verla, véala), no hay ni de cerca críticas de expertos (apenas una aficionada con una visión sumamente subjetiva), ni seriedad hacia el tema (justamente porque no sé nada del cine). Más bien la idea es comentar todo lo que a uno le germina al terminar de ver una película o bien un tiempo después cuando los mensajes van cayendo de a poco. Bienvenidos.

viernes, 12 de agosto de 2011

Never let me go...

Director: Mark Romanek.
Reparto: Carey Mulligan, Andrew Garfield, Keira Knightley.
Año: 2010

“La clonación es la acción de reproducir a un ser de manera perfecta en el aspecto fisiológico y bioquímico de una célula originaria. Esta definición quiere decir que a partir de una célula de un individuo se crea otro exactamente igual al anterior, ya que los caracteres que puede mostrar un ser humano se deben a los genes que ha heredado de los progenitores.”

"Never let me go" fue escrita por Kazuo Ishiguro, y plantea un mundo donde la esperanza de vida ha llegado a los 100 años, gracias a que se dispone de clones que al llegar a una cierta edad comienzan a donar sus órganos vitales. Es la respuesta que el ser humano ha encontrado a afecciones como el cáncer y otras enfermedades degenerativas.

La historia es narrada por uno de los seres diseñados genéticamente, Kathy, de forma que plantea con exactitud lo que significa estar en ese lugar. Crecer sin un origen y sin un futuro, teniendo conciencia de que morirán en sus 30 años, si es que llegan. Vivir enfrentando pérdidas, lo que nunca tuvieron y lo que nunca tendrán. Cada una de las personas que forman parte de sus vidas se irán apagando, adelantándoles su propio final.

Comienza en Hailsham, el instituto donde crecen los tres protagonistas, hasta llegar a su adolescencia. Su niñez está llena de prohibiciones, y marcada por historias terroríficas sobre transgredir las reglas, de esta manera los mantienen aislados del mundo exterior.

La escena de la Srta. Lucy, una de las maestras, es la primera en plantear el problema real de la clonación. Ella les confiesa exactamente para que fueron creados, de una manera tan clara, y tan cruda como decirle a alguien que no es dueño de su vida.

Kathy, curiosa, compasiva y leal, dispuesta a ayudar a todo quien se cruce por su camino. Es de los tres la que mayor conciencia tiene de su rol, de su propósito designado y sin otra cosa que hacer lo acepta, e incluso trabaja como “cuidadora” dando apoyo a los otros donantes en cada cirugía.

Tommy es un chico soñador y conflictivo. Sin dudas el más sensible y confundido de los tres. Su acercamiento hacia Kathy genera un vínculo de enriquecimiento mutuo que durará para siempre, ambos se entienden mejor que cualquier otro.

Ruth, egoísta y celosa, encuentra lo que quiere viendo lo que tienen los demás. De esta manera inicia su relación con Tommy, cuando nota que le gusta a Kathy, y que seguirá hasta pasada la adolescencia, en el momento exacto que Kathy decide salir de sus vidas.

El planteo del amor verdadero como la salvación, exactamente como la oportunidad de una postergación a su rol de donantes, plantea otro de los aspectos éticos muy discutido. ¿Un clon tiene alma? ¿Es capaz de tener sentimientos verdaderos? En esta historia si, y la desesperación de cada uno que escucha el rumor es real y angustiosa, así como la donación inevitable.

Otro punto que lleva a la reflexión es la galería de arte que existía en el colegio, con la cual intentaban demostrar, paradójicamente, que estos niños sí tenían alma explorando lo que eran capaces de crear. Todo en vano, ya que en el futuro desaparecía, siendo un claro mensaje de la sociedad de que no le interesaban los medios, sino el fin, que era tener una vida más larga.

Lo que queda al final, es la fuerza del espíritu contra la debilidad del cuerpo, creado para otros… la desesperanza de no ser “alguien”, y la soledad real.

Es un tema ampliamente extenso en su reflexión, y es una película que lo aborda de una forma sumamente inteligente y visceral. Que cuenta con actores de primera línea, incluyendo a los niños que comienzan todo, y plantea preguntas filosóficas que nadie ha sabido contestar con propiedad. Y con una sensación hacia el final que te lleva a considerar lo importante que uno tiene en su vida y a agradecer por ello.

Stranger than fiction...

Director: Marc Forster

Guión: Zach Helm

Reparto: Will Ferrell, Maggie Gyllenhaal, Emma Thompson, Dustin Hoffman.

Año: 2006





Interesante, inteligente, creativa y divertida.

Una historia genial, la vida de alguien escrita por otra persona en tiempo real. La realidad de Harold Crick, y la realidad de que es, en efecto, el protagonista en la historia de una escritora pesimista y destructiva.

Desde el vamos, una historia fantasiosa, pero que lleva a la reflexión, que es lo que la hace tan poderosa. Es tu vida, contada por una narradora, que una y otra vez te describe, a vos, a tus actos, a tus decisiones. Y lo especial es que se trata de una persona dormida, que vive en la inercia de hacer lo que se supone que se debe hacer cada día, sin preguntarse nunca que es lo que quiere o le hace feliz.

Se pone a punto cuando además de todo esto, Harold, se entera de que la intención de la escritora es matarlo. Y es cuando surge la necesidad del cambio. Al enterarse de que va a morir se da cuenta que su vida no tiene tanto valor, y nacen en ese momento las ganas de vivir, de disfrutar cada minuto. De plantearse por primera vez en la vida, que es lo que quiere y seguirlo. Y lo logra. Deja a un lado el trabajo, y sigue instintivamente aquello que le sienta bien, eso incluye una mujer que apareció recientemente en su vida. El amor, gente, nunca puede faltar!

“Quería contar la historia de un hombre que encontraba su vida justo antes de perderla” dijo Helm. Y es algo más que común, aferrarnos a lo que estamos a punto de perder, entender el valor de las cosas que mañana podrían no estar, y encontrar la fuerza para luchar por eso.

A su vez aparece la desesperación. Al lograr ser feliz y con la muerte en sus talones, busca intensamente la forma de salirse de esta situación, enfrentando a la mismísima escritora y rogando por su vida. En este momento es que ponen a prueba al espectador, el que mantiene las esperanzas o el fatalista.

En cuanto al reparto, Will Ferrell le dio vida de forma fantástica a Harold Crick. Más conocido por las comedias, se transformó en este auditor de impuestos sin motivaciones y ejecutó el cambio de una forma tan real como conmovedora.

Maggie Gyllenhaal me encantó. Le da la fuerza al personaje que conmueve a Harold, aportando pasión, compromiso, y dulzura.

Emma Thompson y Dustin Hoffman geniales.

Por último, algo que leí de la productora de este film, Lindsay Doran: “Creo que cualquier fantasía tienes que prometer al público que si creen en esta cosa imposible, todo lo demás será real y auténtico.” Inteligente y cierto, justo lo que disfruto. Una ficción que incluso partiendo de una idea tan loca pueda enseñarte o simplemente hacerte frenar y pensar sobre tu propia vida y las similitudes con esta historia. Cuando, más allá de la fantasía, todo cierra.

De regalo… una escena inolvidable.