Porque si de algo disfruto, es del séptimo arte. Esas dos horas y pico inmersa en un mundo ajeno a lo mío, creado por alguien más y llevado a cabo con tal precisión, que si uno lo desea hasta le sienta convincente. Ahí viene la verdadera colgadera cuando te dejas llevar por la historia, más allá de la realidad. Que es el caso de esta persona que le escribe. Es fundamental aclarar que acá no corren sinopsis ni reseñas (si quiere verla, véala), no hay ni de cerca críticas de expertos (apenas una aficionada con una visión sumamente subjetiva), ni seriedad hacia el tema (justamente porque no sé nada del cine). Más bien la idea es comentar todo lo que a uno le germina al terminar de ver una película o bien un tiempo después cuando los mensajes van cayendo de a poco. Bienvenidos.

jueves, 7 de junio de 2012

Big Fish...


Director: Tim Burton
Reparto: Ewan McGregor, Albert Finney, Billy Crudup, Jessica Lange.
Año: 2003


“Un hombre cuenta sus historias tantas veces, que al final él mismo se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuando él no está, y de ese modo, el hombre se hace inmortal” 

Ayer recién me dispuse a ver esta obra de Tim Burton, sin saber que se venía, porque nunca había leído nada sobre ella. Es una historia genial, cargada de fantasía, rica en imágenes, pero por sobre todo… es una historia de un padre y un hijo. 

Cómo ustedes ya saben, este no es un lugar de reseñas… así que voy a ir directo al grano. Solo al llegar al final, y me refiero a la historia de la muerte del protagonista, la contada y la verdadera, fue cuándo la película me ganó. Hasta ahí era una pieza fantástica, con personajes inolvidables, con unas escenas fabulosas, absolutamente creativa y divertida. Pero ahí, justo en esos minutos finales supe de lo grandioso de la película, cuando estallé en llanto al pensar en lo poco que conocemos (algunos) a nuestro padre, y el poco esfuerzo hemos puesto en el asunto. Qué más se puede pedir de este arte, que te lleve y te traiga en reflexiones, a tu historia personal, para darle todo el respeto que merece. 

Hay dos caminos, según los protagonistas: la vida adornada en cada detalle con la imaginación de un soñador y contador de cuentos, o la vida tal cual es (la de un adulto). 

El padre, quien abandona su pueblo, en busca de un futuro incierto, pero con la certeza de que lo que necesita está ahí afuera. “Has pensado que quizá no es que seas demasiado grande, sino que este pueblo es demasiado pequeño?” Busca aventuras, busca conocer, vivir, crecer en un océano de posibilidades, encuentra el amor. 

La insistencia del hijo por conocer “la verdadera historia de su padre”, sin agregados ni personajes mágicos, lo convierte en este sujeto casi frio, a primera vista. Solo lo real interesa para él. Y se vuelve por un tiempo más importante que la misma relación entre ellos. Es genial, ya que estamos acostumbrados a lo opuesto, el niño soñador, el padre realista. El incomprendido es el hijo, no el padre… Por otro lado, podes llegar a entenderlo, esas historias son de lo más increíbles para ser verdades absolutas, como el padre mantiene. 

Vemos tiempo como catalizador… siempre la muerte inminente nos paraliza, para luego hacernos actuar. Es la gran lección, ya no hay tiempo para perder. Ahí el hijo pacta con su padre, y hace el intento por entenderlo... llanto nuevamente! 

Volvemos al gran mensaje dentro de una historia única, difícil de olvidar. Nada como la fantasía para cargar con las verdades de la vida.

miércoles, 12 de octubre de 2011

El lado oscuro del corazón

Director: Eliseo Subiela

Reparto: Dario Grandinetti, Sandra Ballesteros, Nacha Guevara

Año: 1992


Muchas veces nos sucede que damos con algo que nos cambia la forma de pensar o al menos nos asienta la que ya veníamos sintiendo como propia. Ver esta gran película es el mejor ejemplo que encuentro en este día. Tal vez si la hubiese visto en otra etapa de mi vida no hubiera sido lo mismo… quien sabe? Lo que sí se… es que hay un antes y un después de “El lado oscuro del corazón”.

La historia de Oliverio, el poeta solitario que anda en busca de “la que vuela” esquivando las recomendaciones que le ofrece una muerte enamorada y celosa, siguiendo su instinto primario y su fuego interno, recitando poemas al viento, y entregando su alma a la noche…

El guión, en manos de Eliseo Subiela (quien además dirige), traza una historia maravillosa que es dibujada a través de la poesía de nada menos que estos tres señores: Mario Benedetti, Juan Gelman y Oliverio Girondo. El resultado es mágico! Si no te estremeces al verla, si no te genera al menos una picazón en el alma, si no te quedas pensando en vuelos… entonces estas en problemas…

La poesía hace que la vida se disfrace de belleza… hasta lo más cruel, como el desamor y la soledad guardan la dulzura de la tristeza recitada. Nos da un respiro, aunque se esfume con el primer viento de la mañana.

Darío Grandinetti, bellísimo, se transforma en Oliverio y en Benedetti, y en Gelman y en Girondo… seduce hasta la mismísima muerte. Es tan buena su interpretación que realmente todo cierra. Este personaje tan complejo, que se alimenta de sueños, y busca el amor con plena confianza, con la certeza de que sabe que existe. El amor de verdad, el que ilumina por dentro.

Probablemente lo que le da sentido a este mundo poético que se va dando son las escenas donde la fantasía es quien cuenta lo que realmente está pasando: el momento exacto en que Oliverio le entrega su corazón a Ana mientras un billete de 100 dólares arde, el momento en el que hacen el amor y los libros de poesía escondidos se hacen visibles, ellos finalmente derribando puertas y volando, y al final… la muerte vencida…

La música, sublime… acompaña cada minuto y conecta las escenas directamente con tus recuerdos. Te digo: vas a escuchar y vas a volver.

Cuando una historia hace una marca en vos, como, cuando recordas el momento en que te topaste con ella, la razón que te motivo a buscarla, y sin dudas la influencia que tuvo en vos, es cuando importa, más allá de cualquier crítica experimentada.

El amor, la poesía y la fantasía logran que esta historia sea eterna. No importa cuánto tiempo pase… no nos vamos a olvidar de Oliverio y la que vuela.

Solo una frase, entre las miles que quedaron anotadas en mi cabeza: “Es mejor herido que dormido como hasta ahora… A veces una herida te recuerda que estás vivo, es esto el amor, mi estúpida muerte, es esto. Cómo explicártelo, pobrecita, si entendieras eso estarías viva…”

Solo un video, entre los miles que quedaron en mi cabeza:



PD: imperdible Mario Benedetti en la piel de un marinero alemán recitando poesía para enamorar a una chica de la noche.

PD2: hay una segunda parte, que no me he animado a ver. Nada va a superar a la primera.

PD3: Montevideo y Buenos Aires se ven grises y hermosos…

viernes, 12 de agosto de 2011

Never let me go...

Director: Mark Romanek.
Reparto: Carey Mulligan, Andrew Garfield, Keira Knightley.
Año: 2010

“La clonación es la acción de reproducir a un ser de manera perfecta en el aspecto fisiológico y bioquímico de una célula originaria. Esta definición quiere decir que a partir de una célula de un individuo se crea otro exactamente igual al anterior, ya que los caracteres que puede mostrar un ser humano se deben a los genes que ha heredado de los progenitores.”

"Never let me go" fue escrita por Kazuo Ishiguro, y plantea un mundo donde la esperanza de vida ha llegado a los 100 años, gracias a que se dispone de clones que al llegar a una cierta edad comienzan a donar sus órganos vitales. Es la respuesta que el ser humano ha encontrado a afecciones como el cáncer y otras enfermedades degenerativas.

La historia es narrada por uno de los seres diseñados genéticamente, Kathy, de forma que plantea con exactitud lo que significa estar en ese lugar. Crecer sin un origen y sin un futuro, teniendo conciencia de que morirán en sus 30 años, si es que llegan. Vivir enfrentando pérdidas, lo que nunca tuvieron y lo que nunca tendrán. Cada una de las personas que forman parte de sus vidas se irán apagando, adelantándoles su propio final.

Comienza en Hailsham, el instituto donde crecen los tres protagonistas, hasta llegar a su adolescencia. Su niñez está llena de prohibiciones, y marcada por historias terroríficas sobre transgredir las reglas, de esta manera los mantienen aislados del mundo exterior.

La escena de la Srta. Lucy, una de las maestras, es la primera en plantear el problema real de la clonación. Ella les confiesa exactamente para que fueron creados, de una manera tan clara, y tan cruda como decirle a alguien que no es dueño de su vida.

Kathy, curiosa, compasiva y leal, dispuesta a ayudar a todo quien se cruce por su camino. Es de los tres la que mayor conciencia tiene de su rol, de su propósito designado y sin otra cosa que hacer lo acepta, e incluso trabaja como “cuidadora” dando apoyo a los otros donantes en cada cirugía.

Tommy es un chico soñador y conflictivo. Sin dudas el más sensible y confundido de los tres. Su acercamiento hacia Kathy genera un vínculo de enriquecimiento mutuo que durará para siempre, ambos se entienden mejor que cualquier otro.

Ruth, egoísta y celosa, encuentra lo que quiere viendo lo que tienen los demás. De esta manera inicia su relación con Tommy, cuando nota que le gusta a Kathy, y que seguirá hasta pasada la adolescencia, en el momento exacto que Kathy decide salir de sus vidas.

El planteo del amor verdadero como la salvación, exactamente como la oportunidad de una postergación a su rol de donantes, plantea otro de los aspectos éticos muy discutido. ¿Un clon tiene alma? ¿Es capaz de tener sentimientos verdaderos? En esta historia si, y la desesperación de cada uno que escucha el rumor es real y angustiosa, así como la donación inevitable.

Otro punto que lleva a la reflexión es la galería de arte que existía en el colegio, con la cual intentaban demostrar, paradójicamente, que estos niños sí tenían alma explorando lo que eran capaces de crear. Todo en vano, ya que en el futuro desaparecía, siendo un claro mensaje de la sociedad de que no le interesaban los medios, sino el fin, que era tener una vida más larga.

Lo que queda al final, es la fuerza del espíritu contra la debilidad del cuerpo, creado para otros… la desesperanza de no ser “alguien”, y la soledad real.

Es un tema ampliamente extenso en su reflexión, y es una película que lo aborda de una forma sumamente inteligente y visceral. Que cuenta con actores de primera línea, incluyendo a los niños que comienzan todo, y plantea preguntas filosóficas que nadie ha sabido contestar con propiedad. Y con una sensación hacia el final que te lleva a considerar lo importante que uno tiene en su vida y a agradecer por ello.

Stranger than fiction...

Director: Marc Forster

Guión: Zach Helm

Reparto: Will Ferrell, Maggie Gyllenhaal, Emma Thompson, Dustin Hoffman.

Año: 2006





Interesante, inteligente, creativa y divertida.

Una historia genial, la vida de alguien escrita por otra persona en tiempo real. La realidad de Harold Crick, y la realidad de que es, en efecto, el protagonista en la historia de una escritora pesimista y destructiva.

Desde el vamos, una historia fantasiosa, pero que lleva a la reflexión, que es lo que la hace tan poderosa. Es tu vida, contada por una narradora, que una y otra vez te describe, a vos, a tus actos, a tus decisiones. Y lo especial es que se trata de una persona dormida, que vive en la inercia de hacer lo que se supone que se debe hacer cada día, sin preguntarse nunca que es lo que quiere o le hace feliz.

Se pone a punto cuando además de todo esto, Harold, se entera de que la intención de la escritora es matarlo. Y es cuando surge la necesidad del cambio. Al enterarse de que va a morir se da cuenta que su vida no tiene tanto valor, y nacen en ese momento las ganas de vivir, de disfrutar cada minuto. De plantearse por primera vez en la vida, que es lo que quiere y seguirlo. Y lo logra. Deja a un lado el trabajo, y sigue instintivamente aquello que le sienta bien, eso incluye una mujer que apareció recientemente en su vida. El amor, gente, nunca puede faltar!

“Quería contar la historia de un hombre que encontraba su vida justo antes de perderla” dijo Helm. Y es algo más que común, aferrarnos a lo que estamos a punto de perder, entender el valor de las cosas que mañana podrían no estar, y encontrar la fuerza para luchar por eso.

A su vez aparece la desesperación. Al lograr ser feliz y con la muerte en sus talones, busca intensamente la forma de salirse de esta situación, enfrentando a la mismísima escritora y rogando por su vida. En este momento es que ponen a prueba al espectador, el que mantiene las esperanzas o el fatalista.

En cuanto al reparto, Will Ferrell le dio vida de forma fantástica a Harold Crick. Más conocido por las comedias, se transformó en este auditor de impuestos sin motivaciones y ejecutó el cambio de una forma tan real como conmovedora.

Maggie Gyllenhaal me encantó. Le da la fuerza al personaje que conmueve a Harold, aportando pasión, compromiso, y dulzura.

Emma Thompson y Dustin Hoffman geniales.

Por último, algo que leí de la productora de este film, Lindsay Doran: “Creo que cualquier fantasía tienes que prometer al público que si creen en esta cosa imposible, todo lo demás será real y auténtico.” Inteligente y cierto, justo lo que disfruto. Una ficción que incluso partiendo de una idea tan loca pueda enseñarte o simplemente hacerte frenar y pensar sobre tu propia vida y las similitudes con esta historia. Cuando, más allá de la fantasía, todo cierra.

De regalo… una escena inolvidable.


jueves, 28 de julio de 2011

Un cuento chino...

Director: Sebastián Borensztein

Reparto: Ricardo Darín, Muriel Santa Ana, Ignacio Huang.

Año: 2011


Un cuento chino… la vi ayer en el cine, sin saber de que trataba, aunque Ricardo Darín pocas veces me ha dejado tirada.


Ricardo, Roberto en la ficción, un hijo de puta de los buenos, pero buenos de verdad. Bien adentro donde la mayoría no sabe ver ni llegar, por superficiales, o flojos tal vez.


La Mari, el ser que sí supo ver la esencia de Roberto. Este personaje nunca debe olvidarse, es simplemente el que salva la historia. El que da esperanzas, el que arma todo despacito para que en la última escena te vayas sonriendo.


El chino, lo más…


Ahora… la historia está presentada como una comedia, y te reís… de lo lindo. La idea de dos personas que no pueden lograr una comunicación básica, un histérico mala onda y un pobre inmigrante perdido, absolutamente dulce… que aguanta lo que venga… porque no le queda otra.


Pero a mí además de la risa del momento me quedaron picando las historias. La historia de Roberto, que como siempre te la cuentan al final, después que decís, pero que hijo de puta, pobre chinito! A menos, a menos… que sepas que todos tenemos una historia que nos hace SER lo que SOMOS hoy, y que nadie debe ser tomado a la ligera.
Y la historia del chino, que es absolutamente desgarradora… porque su dolor parte de un evento tan ridículo, tan ridículo… que no miento cuando digo que todo el cine reía en la escena más cruda, más real, más tensa … todos menos yo… y mi acompañante. (y ya sé que él va primero gramaticalmente, pero creo que si lo dejo después se entiende la idea de que suma puntos por no haberse reído).


Es la escena del teléfono, la llamada del tapo. El momento del quiebre de Jun, ya no es un chino perdido, es ahora una persona, rota, que carga con la peor de las penas, la de perder a un ser amado. El momento de despertar de Roberto, que entiende, que todo este tiempo ignoró ese dolor silencioso que ahora es tan evidente. La mejor escena, donde se revelan ambos personajes, y se muestran. El dolor de Jun, y la compasión de Roberto.


Me quedo picando también Roberto, ¿por qué será que son tan interesantes estos cabrones? Que no están en los detalles, pero están en los momentos de crisis, en momentos decisivos. Y qué aún cuando dicen una cosa… al final hacen lo correcto (así sea con una muy linda puteada). ¿Será que la idea de llegar a un corazón que parece no existir es toda una aventura? O que el hecho de conmover un alma tan dañada… te otorga poderes… El poder de creer en él, en vos, en los dos. El poder de que él crea.
Una tragedia… si no fuera por la Mari.


Sumamente recomendada… la vuelvo a ver una y más veces sin dudas.

jueves, 23 de junio de 2011

La Sociedad de los Poetas Muertos...

Director: Peter Weir
Reparto: Robin Williams, Robert Sean Leonard, Ethan Hawke, Josh Charles, Gale Hansen, Dylan Kussman, Allelon Ruggiero, James Watetston.

Año: 1989

En estos momentos es que odio no saber escribir, no quiero arruinar ni siquiera lo que tengo que decir sobre esta película. Y si, para ser una atrevida tengo mucha conciencia…. Pero es que tiene que estar en la lista, y no de forma casual, sino por todo lo que significa.

La vi en este momento, apenas hace media hora que finalizó, y es que me gusta verlas nuevamente antes de escribir aquí, de manera que me queden impregnadas todas esas sensaciones que busco y que ya una vez encontré. Sin lugar a dudas merece ser vista una y otra vez apenas uno comienza a perder en el camino los mensajes, lo mismo sucede con los libros. Tal vez no nos olvidemos de las enseñanzas, pero pasado un tiempo (de acuerdo a cada uno) es necesario fortalecer lo aprendido.

¿Por qué me refiero a enseñanzas y aprendizaje? Porque de esto justamente se trata esta película (y las buenas de verdad), de aprender dentro de la historia y fuera de ella. Si eres lo suficientemente abierto en tu cabeza pero más en tu corazón podes entender que el capitán también te está hablando a vos.

Siempre van a existir barreras y obstáculos entre el ser humano y la búsqueda de sí mismo, en este caso, entre otras, es la institución en la que estudian donde los pilares, que se nombran en repetidas oportunidades: excelencia, disciplina, honor y tradición, no tienen mucho que ver con el pensamiento libre y las ideas propias, con ser honestos a lo que uno siente que le exalta el alma, y menos tiene que ver con el respeto a la vocación y a la pasión. Otros impedimentos que se dan a todo esto son la época en la cual viven, y la constitución de la familia, donde el padre (figura opresora), marca las pautas y programa la vida del hijo, mientras la madre llora en silencio, entendiendo el dolor que le puede ocasionar.

Hoy podemos decir que son otros los causantes de que nos desviemos de eso que nos engrandece, aunque creo que fundamentalmente es porque cada vez nos encargamos menos de nuestras almas, por decirlo con un toque de drama. Importa más llegar a un estado de seguridad y comodidad que a la sensación de libertad. Nunca, y esto es un nunca rotundo, nadie me preguntó en toda mi vida, ni siquiera mis padres ni maestros, que me apasionaba hacer. ¿Se entiende?

Esta película me inspira, me inspira de una forma tan visceral, tan personal que me dan ganas de gritar, de correr, de salir de esta vida generada por preguntas sin respuestas, y encontrar algo que me haga sentir de esa forma… porque no sé aun que puede ser. Veo amigos que lo han logrado, y como luchan día a día por defender sus sueños, cueste lo que cueste, y son mi modelo en este mundo real, que nada tiene que ver con la pantalla. Ellos son los valientes.

En cuanto al suicidio de Niel, supongo que en su cabeza ese significaba su camino a la libertad siendo que le prohibían hacer lo que amaba. Lo que termina demostrando que la intolerancia sumada a la ignorancia de algunos, puede malinterpretar tal situación y hacer responsable a la persona que lo estimulo a ser dignos y valiosos sus días.

Con estos seres vivimos a diario, y nos van quitando los sueños, las alas y la alegría, o al menos eso intentan. Son personas tristes, que tienen miedo de mirar hacia adentro por lo que puedan encontrar. Y te censuran por estar haciendo estas reflexiones, “¿acaso estás loca?”

A ellos les digo: CARPE DIEM… aunque no lo entiendan.