Porque si de algo disfruto, es del séptimo arte. Esas dos horas y pico inmersa en un mundo ajeno a lo mío, creado por alguien más y llevado a cabo con tal precisión, que si uno lo desea hasta le sienta convincente. Ahí viene la verdadera colgadera cuando te dejas llevar por la historia, más allá de la realidad. Que es el caso de esta persona que le escribe. Es fundamental aclarar que acá no corren sinopsis ni reseñas (si quiere verla, véala), no hay ni de cerca críticas de expertos (apenas una aficionada con una visión sumamente subjetiva), ni seriedad hacia el tema (justamente porque no sé nada del cine). Más bien la idea es comentar todo lo que a uno le germina al terminar de ver una película o bien un tiempo después cuando los mensajes van cayendo de a poco. Bienvenidos.

jueves, 26 de mayo de 2011

Antes del amanecer...

Dirección: Richard Linklater

Reparto: Ethan Hawke, Julie Deply

Año: 1995



Esta película la vi por primera vez hace 7 años, justo unas semanas antes de que saliera “Antes del Atardecer”. Nada de trailers, nada de "te recomiendo", nada de nada, solo alquilé esa película que me parecía que prometía. Me conmovió de la misma manera que lo hace hoy.

Tan solo dos extraños, conociéndose de esa manera tan simple, preguntándose, mostrándose, desnudándose de tal manera que se confiesan sus sueños más secretos, sus miedos más profundos, sus deseos no revelados, todo en tan solo una noche.

Ambos tienen la posibilidad de reinventarse en esas horas, y de hecho este tema se toca en una de sus conversaciones. No existe el tedio aún, ni la intolerancia ante la reacción del otro, no hay historias que ofendan, sino que cada cual se expone de forma honesta pero selectiva, con humor e intentando dar lo mejor.

No podría decir cuál es mi escena favorita, cada dialogo tiene su valor, no así tanto los escenarios aunque varían continuamente para favorecer la dinámica. El argumento de Jesse para convercer a Céline de bajarse del tren, la teoría de las almas fraccionadas, los minutos eternos en la cabina de la casa de música, el primer beso en la rueda gigante, las constantes miradas largas (tratando de descubrirse), los continuos mensajes entre líneas, las “llamadas a sus amigos” donde se dicen todo entre los dos, la promesa sobre el río Danubio que no tienen intención de mantener, la desesperación al momento del adiós, y de nuevo otra promesa que si desean cumplir.

Esto funciona gracias al contenido de los diálogos, que abordan temas tan reales como la vida y la muerte, los miedos, anhelos, la relación entre el hombre y la mujer y los diferentes criterios según cada género, el sexo, los valores recibidos y aprendidos, la infancia y sus marcas, las creencias, las desilusiones, los corazones rotos, la necesidad de compartir los momentos más especiales con alguien. Todos afrontados desde un punto de vista muy real y coherente siendo que son dos jóvenes que se animan a soñar y defender sus ideas, proyectando hacia adelante como es lógico en esa etapa. Y por qué digo esto? Porque es el punto de partida para la segunda parte “antes del atardecer”, y la principal diferencia.

Es sin dudas un alimento de primera línea para románticos incurables, que seguro van a querer repetir el menú cada vez que quieran sentir esa cosa especial que transmite esta historia.

Hay escena sobre el final, donde se muestran de a uno todos los lugares donde estuvieron juntos esa noche… lugares ahora en silencio, sin magia, sin risas… se siente la despedida. Se entiende que cuando son dos compartiendo un momento se genera vida.

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